AKRA

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jueves, 1 de noviembre de 2018

Quien paga al mariachi, escoge las canciones



 “Descarado”, “mantenido”, “abusador” o algo más free y europeo: “Gigoló”, el  nombre que le quieras dar es lo de menos; la realidad es que son unos tremendos estafadores emocionales, que no sólo la pasan lindo, sino que engordan su billetera en base al dinero de otra, normalmente la ingenua del año.

Se me escarapela la piel con pensar  que hay personas que piensan que los sentimientos son mercancía con la que se puede “negociar”. En el comercio se puede negociar, pero en las relaciones de pareja se llegan a acuerdos, no a negocios.

¿Cuál es la diferencia?  En  la mente de algunos hombres el único recurso que cree tener para salir adelante en la vida es su físico, su desempeño en fingir ser el “niño bueno”, el “no mato ni una mosca”, el “yo no fui”, “el sufrido”, esa es su astucia para hacer malabares y así poder salirse con la suya, es decir, obtener un beneficio económico.

¡Prehistóricos! Éstos hombres tienen de autoestima y dignidad lo que una mujer tiene  de avestruz, es decir: ¡NADA! (A menos que elijas meter la cabeza en la tierra para no querer ver, pero te aviso, el que no veas, no significa que no exista una realidad o que no está sucediendo).

Lo mismo sucede con las mujeres que se permiten estar financiando el amor, imagina cuál puede ser su auto concepto, su soledad y su emergencia emocional para que se conformen con “arrendar” la compañía de alguien.

Observa la diferencia que hay entre una compañía y un compañero.
Compañía te la puede hacer tu mascota, la radio y la televisión, pero no confundas el distraerte con  sentirte acompañada de un verdadero compañero.
A ninguna mujer le gusta enterarse que está alquilando a su galán y ningún hombre quiere ser expuesto como estafador emocional.

Los mantenidos, abusadores, conchudos o gigolós son expertos en querer bajarte el cielo, las estrellas y todo el firmamento, pero en realidad lo único que te quieren bajar son los calzones y naturalmente “bajarte la cartera”.

¿Cómo identificar si tu “galán” es o no un estafador emocional?
Lo primero es que estés dispuesta a querer ver la realidad y no te vendas la trillada historia de “mi amor hará que cambie y me ame.” Una de las características de los gigolós es que pasan mucho tiempo en victimilandia. Corrección: No pasan mucho tiempo ahí, viven  permanentemente ahí, en palco y con todos los lujos.

He conocido varios de estos, desde amigos, conocidos, enamorados de mis amigas, enamorados de las amigas de mis amigas y hasta uno que otro cuñado que tuve por ahí, estos angelitos son expertos en narrar y contarte “lo mal que les ha ido en los trabajos, la mala suerte que tienen, lo injusta que es la vida con ellos, que nadie valora sus talentos como tú” y sin son conchudos de las grandes ligas, es probable que hasta casados sean y te digan que su esposa es una arpía, tirana y que lo tiene amedrentado en que no le permitirán volver a ver a sus hijos si no paga de forma inmediata “esto o aquello” ¿Y qué crees?  Ellos  se salen con la suya y tú “aflojas la billetera”.

Mujercitas ingenuas, no se confundan,  una cosa es apoyar en una relación y tener detalles con “tu pareja” y otra muy distinta es resolverle la vida a tu estafador emocional. Lo único que estarás haciendo es contribuir su holgazanería y mediocridad, y en ti como es común seguirás alimentando tu vacío interior, tendrás  compañía que te ayude a gastar el dinero de la billetera.

Los estafadores emocionales tienen un imán integrado para detectar a las mujeres “necesitadas” y muy a menudo tienen a más de una amante para lograr sacar su “cuota mensual” , sinceramente conchudos, porque la carta la tienen sobre la mesa, irónicamente casi nunca piden, sólo persuaden para que la lástima sea quien saque el dinero para verlos felices y contentos. ¡Desgraciados!.

Siempre he pensado que una persona debe aprender a valorarse, estar soltera no debe significar estar derrotada o vacía, es parte de un enriquecimiento espiritual para aprender a conocerse. Deben aprender a valorarse y quererse, pues si no lo hacen, ningún hijo del vecino podrá hacer, y es ahí que son presa fácil para ser engañadas y exprimidas económicamente, pues cuando no tengan nada, adiós, adiós pajarito. Y si a las finales quieres  estar con él, adelante, es tu opción (triste opción), es tu dinero, es tu tiempo, es tu dignidad.

Una mala relación es como un carro sin gasolina, por más que te quedes dentro de él ¡No te llevará a ningún lado! 

A las finales, “Quien paga al mariachi, escoge las  canciones”

Buen fin de semana…


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