Vibran cuando siente algo
dentro. Son fuertes, resistentes y se ven muy bien. Su objetivo es atrapar la presa y cuando eso sucede,
disfrutan plenamente.
En algún
momento de nuestras vidas nos hemos enredado en una telaraña y nos ha dado mucho asco.
Al igual que con la telaraña, la corrupción suele generar el mismo impacto.
Las arañas
son seres diminutivos pero realmente estrategas, suelen trazar puentes que
sirven como punto de referencia para marcar territorio, de esta manera logran
atrapar a su presa cuando ésta se encuentra sin salida.
Durante muchos años, el país se vio envuelto en actos corrupción,
enredado entre telarañas siniestras, en la que un personaje oculto se encargaba
de entrelazar redes para lograr objetivos claros: Poder y Dinero. Vladimiro
Montesinos, es la araña más astuta en la política.
Debo reconocer que siempre me ha causado interés la vida de Montesinos,
lo considero un hombre calculador, todo lo planificó fríamente, pero no tuvo en
cuenta que no existe crimen perfecto. Él pensó que terminaría chantajeando a
todos con sus populares “vladivideos”, pero no fue así, cayó y muchos se
escabulleron.
Anoche terminé de leer un libro de 540 páginas, denominado “El espía
imperfecto”, de Sally Bowen y Jane Holligan, corresponsales de prensa extranjera, que durante más de una
década informaron a prestigiosos medios de comunicación internacional sobre los
hilos que iban entretejiendo en la historia del ex asesor. Esta minuciosa
biografía es producto de más de dos años de investigaciones y de más de trescientas
entrevistas que realizaron las autoras.
Considerado por muchos como un hombre sin alma y con ansias de poder, al
que no le interesaba que lo quieran, pero sí que le teman. Sin duda la vida de Montesinos es fascinante,
en este libro, no solo lo presentan como el hombre que gobernó al país en la
sombra durante el régimen de Alberto Fujimori, sino como un personaje odiado y
condenado por todo el Perú, pero perdonado por los videos que grabó, en donde
claramente se destapa la corrupción política de un país podrido.
Usted se preguntará porque hago referencia a la telaraña siniestra, a la
corrupción y a Montesinos y es que, el 24 de junio se cumplió 17
años de su captura en Venezuela y después
de tantos años me nacen estas preguntas: ¿Cuántas telarañas siniestras se
siguen tejiendo en la política? ¿Cuántos Montesinos tenemos? ¿Cuántos nuevos
videos se han grabado? ¿Cuántos negocios encima y debajo de la mesa se han
concretado? ¿Estamos libres de actos de corrupción?
Sin duda, la respuesta se
multiplica. Audios y videos se proliferan descaradamente, con el fin de
amenazar y tener una carta bajo la manga. Son conocidos y hasta mediáticos los
casos de corrupción que solo se quedan arrumados en medio de polvo que la
justicia en el Perú esconde.
En octubre del año pasado, se
voceaba que este 2018 Vladimiro con más de 34 condenas podría salir libre y
ante eso, nace una nueva interrogante: ¿Estuvo en realidad encerrado Vladimiro
Montesinos?, me atrevería a afirmar que el cerebro, la mano, los oídos, la
boca, la nariz y la telaraña siniestra de Montesinos, nunca estuvieron
encerrados, por el contrario, sus redes se fueron afianzando en uno y otro
politiquero con sus mismas ansias de poder y dinero. Es curioso que en estos
años, la mayoría de presidentes del Perú han caído, se han estampado el rostro
sobre el suelo, han ido a parar en la cárcel y otros más frescos, siguen
tomando su buen whisky y
viajando por el extranjero sin asumir ninguna responsabilidad de sus deplorables
actos contra el país.
“El baile del chino”, el títere
de Montesinos como lo afirman las autoras del libro, no es la exclusividad de
este personaje. Si la corrupción se ha vuelto más descarada, estoy segura que
los títeres han aumentado, tanto, que con ellos se podría llenar varios
teatros.
Las telarañas se tejen una
y otra vez, porque son más las presas que se ven enredadas entre sí.
¿Encima
o debajo de la mesa? Los tratos clandestinos se siguen
concretando, las telarañas siniestras se siguen tejiendo y la corrupción está a
la orden del día. El poder y el dinero siguen haciendo lo suyo, seduciendo
hasta que él o ella caiga rendido, sin escapatoria…
No hay comentarios:
Publicar un comentario