AKRA

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jueves, 1 de noviembre de 2018

¿Encima o debajo de la mesa?


Vibran cuando siente algo dentro. Son fuertes, resistentes y se ven muy bien. Su objetivo es  atrapar la presa y cuando eso sucede, disfrutan plenamente.

En algún momento de nuestras vidas nos hemos enredado en una telaraña y nos ha dado mucho asco. Al igual que con la telaraña, la corrupción suele generar el mismo impacto.
Las arañas son seres diminutivos pero realmente estrategas, suelen trazar puentes que sirven como punto de referencia para marcar territorio, de esta manera logran atrapar a su presa cuando ésta se encuentra sin salida.

Durante muchos años, el país se vio envuelto en actos corrupción, enredado entre telarañas siniestras, en la que un personaje oculto se encargaba de entrelazar redes para lograr objetivos claros: Poder y Dinero. Vladimiro Montesinos, es la araña más astuta en la política.

Debo reconocer que siempre me ha causado interés la vida de Montesinos, lo considero un hombre calculador, todo lo planificó fríamente, pero no tuvo en cuenta que no existe crimen perfecto. Él pensó que terminaría chantajeando a todos con sus populares “vladivideos”, pero no fue así, cayó y muchos se escabulleron.

Anoche terminé de leer un libro de 540 páginas, denominado “El espía imperfecto”, de Sally Bowen y Jane Holligan, corresponsales de prensa extranjera, que durante más de una década informaron a prestigiosos medios de comunicación internacional sobre los hilos que iban entretejiendo en la historia del ex asesor. Esta minuciosa biografía es producto de más de dos años de investigaciones y de más de trescientas entrevistas que realizaron las autoras.

Considerado por muchos como un hombre sin alma y con ansias de poder, al que no le interesaba que lo quieran, pero sí que le teman. Sin duda la vida de Montesinos es fascinante, en este libro, no solo lo presentan como el  hombre que gobernó al país en la sombra durante el régimen de Alberto Fujimori, sino como un personaje odiado y condenado por todo el Perú, pero perdonado por los videos que grabó, en donde claramente se destapa la corrupción política de un país podrido.

Usted se preguntará porque hago referencia a la telaraña siniestra, a la corrupción y a Montesinos y es que, el 24 de junio se cumplió 17 años de su  captura en Venezuela y después de tantos años me nacen estas preguntas: ¿Cuántas telarañas siniestras se siguen tejiendo en la política? ¿Cuántos Montesinos tenemos? ¿Cuántos nuevos videos se han grabado? ¿Cuántos negocios encima y debajo de la mesa se han concretado? ¿Estamos libres de actos de corrupción?

Sin duda, la respuesta se multiplica. Audios y videos se proliferan descaradamente, con el fin de amenazar y tener una carta bajo la manga. Son conocidos y hasta mediáticos los casos de corrupción que solo se quedan arrumados en medio de polvo que la justicia en el Perú  esconde.

En octubre del año pasado, se voceaba que este 2018 Vladimiro con más de 34 condenas podría salir libre y ante eso, nace una nueva interrogante: ¿Estuvo en realidad encerrado Vladimiro Montesinos?, me atrevería a afirmar que el cerebro, la mano, los oídos, la boca, la nariz y la telaraña siniestra de Montesinos, nunca estuvieron encerrados, por el contrario, sus redes se fueron afianzando en uno y otro politiquero con sus mismas ansias de poder y dinero. Es curioso que en estos años, la mayoría de presidentes del Perú han caído, se han estampado el rostro sobre el suelo, han ido a parar en la cárcel y otros más frescos, siguen tomando su buen whisky y viajando por el extranjero sin asumir ninguna responsabilidad de sus deplorables actos contra el país.

“El baile del chino”, el títere de Montesinos como lo afirman las autoras del libro, no es la exclusividad de este personaje. Si la corrupción se ha vuelto más descarada, estoy segura que los títeres han aumentado, tanto, que con ellos se podría llenar varios teatros.
Las telarañas se tejen una y otra vez, porque son más las presas que se ven enredadas entre sí.

¿Encima o debajo de la mesa? Los tratos clandestinos se siguen concretando, las telarañas siniestras se siguen tejiendo y la corrupción está a la orden del día. El poder y el dinero siguen haciendo lo suyo, seduciendo hasta que él o ella caiga rendido, sin escapatoria…

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